Una aventura en verso
de amor, humor, enredo y magia

Una aventura en verso de amor, humor, enredo y magia
EMINOLDO Contened presto ese brío,
que os calculo intenciones
y os adivino aficiones
contrarias a mis razones.
Y pues que la prisa apura,
tened quieta la postura,
y manteneos en la altura
que demanda la cordura.
PERO Vos me mostráis vuestro enfado
y yo os contemplo, arrobado,
pues vuestro gesto ahora airado,
el corazón me ha robado.
EMINOLDO Erráis con vuestros cortejos.
¿Me estáis tirando los tejos?
Sabed que mucho me alejo
de ser siquiera un reflejo
de lo que en mí vos buscáis.
PERO Muy seguro de ello estáis.
EMINOLDO No hay mayor seguridad.
PERO Ni mayor temeridad
que empeñarse en afirmar
sin pararse a confirmar.
Que a mí me da que entendéis.
EMINOLDO ¡Callad, que me distraéis!
PERO No es bueno que os ofusquéis.
EMINOLDO Ni que vos os dediquéis
a usar conmigo un reclamo
que mi trabajo entorpece,
ralentiza y enlentece.