Una aventura en verso
de amor, humor, enredo y magia

Una aventura en verso de amor, humor, enredo y magia

La creatividad para alcanzar el objetivo

Más de una vez comprobamos que, en “El huevo de Rolando”, varios personajes no son lo que parecen. Este es el caso de Catrina. Confundida originalmente en el enjambre de primas de nuestra protagonista Endrina, llega un momento de la historia en el que irrumpe su personalidad arrolladora: se nos revela su innata sagacidad para encontrar la manera de intervenir en la trama, y sacar tajada con los menores daños colaterales.

Si Plocia representaba el contrapunto humorístico a Endrina, Catrina es el contrapunto espiritual. Es un personaje determinado a hacer realidad sus propósitos (como su prima), pero a diferencia de Endrina, cuyo objetivo viene marcado por un embrujo de amor, lo que Catrina busca con carácter prioritario es, ni más ni menos, lo mismo que el resto de sus primas: la estabilidad de una posición que le permita vivir holgadamente sin perder su libertad.

Cuando llega la hora de la verdad, Catrina es mujer aventajada, inteligente, intrépida y dispuesta. En nuestra historia representa la habilidad de la improvisación para sacar provecho de la situación, y este desempeño es este otro más de los elementos originales de nuestra historia, que le aporta una frescura y una vigencia inesperada: mientras que en los cuentos de hadas el amor de la pareja bien avenida es el símbolo de la felicidad, en “El huevo de Rolando” hay personajes que, como Catrina, trabajan en pos de sus ilusiones planteándose objetivos más mundanos e inmediatos, pero tan legítimos como el consabido afán de encontrar el verdadero amor.

        

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